Entre Moraira y El Poble Nou de Benitachell, se encuentra esta preciosa cala virgen, rodeada de montañas y con unas pocas casitas donde vivían antiguamente pescadores que le dan un encanto particular, no está demasiado concurrida, porque el acceso es un poco difícil, ya que no se puede acceder a ella en coche, solamente se puede acceder a ella: por el mar, o a pie, bien desde Moraira ( a través del Barranco de la Viuda ) o desde Cala Moraig en Benitachell si hacemos la Ruta de los Acantilados.
Para acceder a ella desde Moraira, tenemos que ir al Portet, en concreto hay que seguir el Camí de la Viuda y, casi al final de la calle, se puede dejar el vehículo en la zona de estacionamiento habilitada. Para llegar hasta el camino que inicia la ruta del Barranc de la Viuda hay que bajar por la calle Gaviota. Encontraremos señalizaciones a lo largo de todo el sendero, en general no presenta mucha dificultad aunque en algún tramo hay que ir por zonas pedregosas ( se recomienda llevar zapatillas o botas y cuidarse alguna gorra o sombrero si vamos en verano así como agua, ya que en la playa no hay ningún tipo de servicio y el camino tiene poca sombra ). Se tarda aproximadamente unos 40-50 minutos en llegar a la cala.

Para acceder a ella desde Benitachell, hay que hacer la Ruta de los Acantilados, que es una senda que va por el medio de la montaña, paralela al mar, y pegada a los acantilados que van desde el lateral derecho de Cala Moraig y que termina en Cala Llebeig. a lo largo del sendero encontraremos numerosas cuevas utilizadas en el pasado por los pescadores y agricultores y podremos disfrutar la vegetación típica Mediterránea además de unas increíbles vistas de los acantilados y del mar.
Aquí igualmente se recomienda llevar un calzado adecuado, protección para el sol, y agua, ya que no hay nada de sombra y en verano el sol puede ser bastante intenso. El recorrido puede durar unos 50-60 minutos ( solo la ida ).
En verano se recomienda hacer la ruta temprano o a última hora de la tarde. No se recomienda hacer la ruta con niños muy pequeños ya que la bajada final hasta la Cala Llebeig es empinada y en algunos tramos resbaladiza.
La cala es de roca, con una longitud de 120m y una anchura de 10m. Y ha sido declarada microreserva de la flora.
¡¡Y por supuesto!! También puedes visitar esta cala a través del mar mediante barco, kayak, moto de agua, etc..
Sin duda alguna merece la pena el esfuerzo, al llegar a ella nos reciben unas aguas cristalinas en las que darnos un buen chapuzón, bastante tranquilas y de un color azul intenso. Sin duda es una de las maravillas escondidas que tenemos en este pequeño paraíso mediterráneo.
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¡Feliz estancia!